22/8/12

Aprendiendo a no enfermar

Foto: Jonathan Borowsky's
Ha sido siempre la meta a alcanzar en las culturas orientales, aprender a mantener el equilibrio cuerpo-mente-espíritu para permitir al cuerpo vivir plenamente sin sufrir dolencias ni enfermedades. Para ello es fundamental revisar nuestra forma de vivir, de pensar, de sentir...para iniciar el camino del equilibrio perfecto.
Tu salud es tu responsabilidad, únicamente tuya. Los profesionales de la medicina -de cualquier tipo-  sólo pueden orientarte, mostrarte el camino, pero sanarte o mantenerte sano sólo lo puedes hacer tú mismo.

Aquí tienes las 8 claves fundamentales que nos describe K. Laura Garcés para mantener ese equilibrio.


SOL: este es uno de los elementos indispensables para la salud, necesario para la formación de huesos y dientes pues fija el calcio. Uno puede llevar una dieta estupenda y de mucha calidad, pero si no recibe sol suficiente, nos pondremos anémicos y faltos de salud. Es necesario que al menos tomes el sol durante 20 minutos, ya sea dando una buena caminata por algun parque o realizando una actividad al aire libre.

AGUA: nuestro cuerpo esta conformado por más del 90% de este líquido de vida, sin una aportación suficiente de ella los tejidos no pueden formarse ni nutrirse adecuadamente, no se pueden eliminar desechos ni se puede llevar a cabo la regeneración celular, el sistema nervioso se altera y degenera y las funciones enzimáticas se debilitan. La mejor agua para beber es la pura, incluso el agua mineral es muy buena.   

AIRE: el oxigeno es otro de los elementos indispensables para la salud, una buena oxigenación es fundamental para el calor y energía del organismo, para la combustión correcta de los alimentos y que sus nutrientes puedan absorberse y depositarse adecuadamente. Es, por lo tanto, de suma importancia respirar adecuadamente, realizar una actividad física que nos ayude a obtener una buena dotación de oxigeno. El mejor oxigeno es el de los lugares alejados de la ciudad; caminar en el bosque o en la playa es sumamente benéfico para la salud.   

TIERRA: estar en contacto con este elemento nos ayuda a nutrirnos de energía y a depurar toxinas. Una forma de estar en contacto con la tierra es caminar descalzos sobre el pasto o la arena del mar, pero también podemos beneficiarnos de ella dándonos masajes con arcillas, las cuales son excelentes para nutrir, reafirmar y exfoliar la piel.

ALIMENTOS: estos deben de ser de la mejor calidad posible y ser variados, frescos y estar bien combinados. Hay que eliminar alimentos procesados, azucarados, adicionados, fritos y embutidos, los cuales tan solo atrofian las funciones vitales del cuerpo, robando energía al organismo en lugar de aportársela. En la dieta deben prevalecer los vegetales y frutos frescos, así como las semillas, cereales integrales y oleaginosas.
   
PENSAMIENTOS: la mente debe de nutrirse también, y su mejor alimento son los pensamientos que inspiran bienestar, armonía, curiosidad, exploración y belleza. Hay que procurar mantener la mente enfocada en lo que se quiere, y no permitir que se contamine o distraiga con las cosas que nos producen enfado, miedo u otra emoción no deseable.

DIVERSION Y GOZO: al cuerpo no le basta con que estén cubiertas  sus necesidades básicas para sentirse bien: necesita sentirse con el corazón puesto en la vida, sentirse atraído por estar viviendo. Así pues, uno debe procurar encontrar actividades donde goce desde el corazón, hay que darse momentos de distracción, dejar la rutina, explorar, atreverse a experimentar nuevas formas de hacer las cosas, de pensar, de ver el mundo.

MOVIMIENTO: todo el universo esta en movimiento: aunque no veamos que la piedra se mueve, esta lo hace, de una forma lentisima, pero sus moléculas se están moviendo. El movimiento es un elemento esencial de la vida, todo se esta moviendo, todo evoluciona y se expande, nada puede permanecer estático. Nuestro corazón es parte de este movimiento evolutivo, tanto como el como nuestra mente y la realidad crecen, evolucionan. Así pues, hay que estar dispuesto al cambio y al movimiento, no cerrar nuetsra mente y dejarla abierta a nuevos entendimientos. Cuando nos resistimos y no queremos cambiar o dejar de ver las cosas a como siempre las hemos visto, es que sufrimos, y padecemos dolor. Asi pues, no te resistas a lo nuevo, aprende a fluir, confia en la inteligencia, sabiduria y amor que hay en toda molecula que se mueve en la naturaleza.

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