22/9/13

4ª herida: Traición - Controlador

De nuevo vuelvo con las "Cinco heridas que impiden ser uno mismo" según Lise Bourbeau. Ahora estamos con la herida de la traición. Es esa experiencia que viviste como negativa cuando eras un/a niño/a, que te generó esa emoción que tú interpretaste como una traición y con el paso de los años te hace reaccionar de una manera controladora.
A ver si algo resuena en tí mientras lees.



El alma que encarna para sanar esta herida nace con un padre (del sexo opuesto al suyo) con quien hay una fuerte atracción o lazo de amor, generando un fuerte complejo de Edipo que no se ha resuelto.
Eso significa que la dependencia del padre de sexo opuesto es muy fuerte, y en sus relaciones futuras esperarán mucho de su pareja, esperando recibir lo que no recibieron de su padre/madre.
En sus relaciones les costará comprometerse por miedo a ser decepcionadas (traicionadas).

De niño/a se sintió traicionada por el padre de sexo opuesto cada vez que ese padre no mantenía su palabra o promesa, o cada vez que no cumplía sus expectativas de “padre ideal”.
El niño también se sentía traicionado cada vez que su padre del mismo sexo se sentía traicionado por el padre del sexo opuesto.
Una niña podría sentirse traicionada por su padre, si sentía que este le daba menos atención cuando nació otro hermanito.

Para no sentir la herida de traición, la personalidad construye la máscara del control.
Quieren mostrar al mundo que son gente de confianza, responsables, con palabra, fuertes, importantes.

Cuando vives la herida de traición, te colocas la máscara de controlador, que te vuelve desconfiado, escéptico, defensivo, autoritario e intolerante debido a tus expectativas.
Haces todo lo posible por demostrar que eres una persona fuerte y que no te dejas llevar o manejar fácilmente; sobre todo, intentas mostrar que no permites que los demás decidan por ti.

Esta máscara te obliga a hacer todo lo posible para evitar perder tu reputación hasta el punto de mentir.
Olvidas tus necesidades y echas mano de lo necesario para que los otros piensen que eres una persona de fiar.
Esta máscara también te hace proyectar la imagen de una persona segura de sí misma, aunque no se corresponda con la realidad y dudes de tus decisiones ó actos.

Quien sufre de traición alimenta su herida mintiéndose, convenciéndose de creer lo que es falso y no cumpliendo los compromisos que tiene consigo mismo.
Se castiga al hacer todo por sí mismo, porque no confía en los demás y no delega nada.
Si delega, se ocupa tanto de asegurarse de que los demás hagan lo que espera de ellos, que se impide disfrutar de la situación.

Tu herida de traición está en vías de sanación cuando no vives con tanta intensidad las emociones del momento, ó cuando alguien o algo altera tus planes y cedes con facilidad.
Cabe señalar que "ceder" significa dejar de estar sujeto a los resultados y a que todo suceda según lo planeado. Ya no intentas ser el centro de atención.
Cuando te sientes orgulloso porque lograste una hazaña, puedes sentirte bien aun cuando los demás no te reconozcan.

Las 5 heridas que impiden ser uno mismo -Lise Bourbeau-

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